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UnadM
sábado, 23 de abril de 2016
jueves, 21 de abril de 2016
Mamíferos Mexicanos en Peligro de Extinción
Actualmente el problema de
las especies en peligro de extinción en México es
grave y debe ser atendido para evitar
que sean más
las que sigan desapareciendo.
En particular hablaremos sobre los mamíferos
más afectados.
Otro grupo afectado son los carnívoros, encontrando a los pequeños como los zorrillos, las comadrejas, los cacomixtles, etc., principalmente por la destrucción de su hábitat, o bien por la caza; sin embargo, en la mayoría de los casos, tienen tasas de reproducción relativamente altas, que les permiten sobrevivir aún en zonas con alta presión humana, en pequeñas áreas naturales.
Ahora bien, hablemos de los grandes carnívoros como los felinos, de los cuales, de entre los seis tipos que habitan el territorio nacional, el más conocido es el Jaguar (Panthera onca).
Es reconocida como amenazada, a pesar de que como especie tiene una distribución que abarca el sur de estados Unidos (Texas, Arizona y Florida) y llega hasta el sur del continente. Por ser de tamaño pequeño su alimentación se restringe a vertebrados chicos, y debido a sus hábitos de vida al interior de las selvas húmedas, es poca su interacción con el ser humano.
Su presencia en México suele ser confundida con los gatos ferales, gatos domésticos que por su tamaño y coloración abandonan el entorno humano para convertirse en silvestres. De ahí que existan pocos reportes sobre la especie, a pesar de no encontrarse “oficialmente” en peligro. Debido a la disminución de su hábitat natural y la presencia misma de gatos domésticos con los que esta especie puede entrecruzarse, en algún momento puede desaparecer.
Mediante la norma oficial
mexicana 059 de la Semarnat establecida en 2010, misma que tiene por
objeto identificar las especies o poblaciones de flora y fauna silvestres en
riesgo en la República Mexicana, sabemos que actualmente más de la mitad de las
especies de mamíferos silvestres que viven en México son reconocidos en algún
nivel de peligro de extinción.
Entre las causas principales por las que se
encuentran en peligro son, la destrucción masiva de los hábitats naturales, así
como la tala de árboles, la devastación, la
cacería ilegal y la falta de regulaciones efectivas en este tema, el comercio
clandestino, la sobrepesca y la contaminación de los lagos, océanos y mares, entre
otras.
Debido a estos y otros factores estamos
deteriorando seriamente las selvas del sur, al igual que los bosques y
pastizales del norte, incluyendo playas, manglares, etc., reduciendo así la
capacidad de los animales para encontrar sitios adecuados para su sobrevivencia
y reproducción.
El primer grupo del que
hablaremos es de los mamíferos marinos, de los cuales en nuestro país están presentes
prácticamente todas las familias de cetáceos, excepto los delfines de río como
el del Amazonas, la súper familia Platanistoidea; la beluga y el narval,
Monodontidae, y la ballena franca enana, la única de la familia Neobalaenidae.
En cuanto a los pinnípedos, de las tres familias sólo falta la de las morsas,
Odobenidae. En la familia Balanopteride (verdaderas ballenas) la NOM reconoce 7
especies, 6 de las cuales están bajo el régimen de protección especial y una en
peligro; 18 miembros de la familia Delphnidae (delfines y orcas); 2 de
la familia Keogidae (Cachalotes); 2 de la familia Phocoenidae (marsopas),
entre ellas la vaquita marina, y, finalmente, 5 de la familia Zifinidae (ballenas
picudas).
Prácticamente todas estas familias están
bajo protección especial, porque la gran mayoría de las especies de cetáceos
usan las aguas mexicanas como lugar de procreación y tienen bajas tasas
reproductivas. Estos estatus de protección corresponden frecuentemente a
acuerdos internacionales. Un caso especial son los delfines y las marsopas,
como la vaquita marina, frecuentemente atrapados en redes de pescadores en las
que perecen por asfixia.
La vaquita marina es un cetáceo menor de dos metros de longitud, perteneciente a la familia de las marsopas, con relación al cual, se considera que su población no es abundante. Su densidad se ha estimado entre 1.8 y 7.8 individuos por cada 1000 Km. Estas estimaciones, se consideran bajas.
La vaquita marina es un cetáceo menor de dos metros de longitud, perteneciente a la familia de las marsopas, con relación al cual, se considera que su población no es abundante. Su densidad se ha estimado entre 1.8 y 7.8 individuos por cada 1000 Km. Estas estimaciones, se consideran bajas.
Se encuentra bajo la categoría de En Peligro de Extinción en la
NOM-059-SEMARNAT-2010.
Entre las medidas de protección implementadas para esta especie se incluyen:
• La creación de la Reserva de la
Biosfera Alto Golfo de California y Delta del Río Colorado y el Área de Refugio
de la vaquita marina ubicada en la porción occidental del Alto Golfo de
California.
• Declaratoria de veda total e
indefinida a la pesca de Vaquita marina.
• La creación del Comité
Internacional para la recuperación de la vaquita, con el objetivo de proteger y
recuperar su hábitat.
• Publicación del programa de
protección de la vaquita dentro del área de refugio. (http://www.profepa.gob.mx/innovaportal/v/429/1/mx/especies_marinas_protegidas.html).
Los pinípedos (focas y lobos marinos), se
ven afectadas sus poblaciones por diferentes causas, como son la destrucción de
sus hábitats, pues muchas de las playas se están transformado rápidamente en
destinos turísticos, o bien se ven influenciados por éstos, por lo que los
animales ya no encuentran en esas playas sitios a salvo para la procreación. La
contaminación de los mares y las malas prácticas de pesca también son factores
para la desaparición de estas especies. Dos miembros de la familia Otaridae, el
lobo marino de california y la foca de Guadalupe, aparecen en la Norma, el
primero bajo protección especial y el segundo, en peligro. La familia Phocidae,
del elefante marino (Mirounga angustirostris), aparece como amenazada;
la foca común (Phoca vitulina), está bajo protección especial, y la foca
monje del Caribe (Monachus tropicales), aparece como extirpada del medio
silvestre.
Otro grupo afectado son los carnívoros, encontrando a los pequeños como los zorrillos, las comadrejas, los cacomixtles, etc., principalmente por la destrucción de su hábitat, o bien por la caza; sin embargo, en la mayoría de los casos, tienen tasas de reproducción relativamente altas, que les permiten sobrevivir aún en zonas con alta presión humana, en pequeñas áreas naturales.
Ahora bien, hablemos de los grandes carnívoros como los felinos, de los cuales, de entre los seis tipos que habitan el territorio nacional, el más conocido es el Jaguar (Panthera onca).
De origen tropical,
se distribuía en todas las zonas tropicales de México aunque actualmente se ha
encontrado en todo el sureste, principalmente en Chiapas, Quintana Roo y
Tabasco pero también se le ha localizado en estados del norte como Sinaloa,
mientras que en el Golfo se han reportado jaguares casi hasta la frontera con
Estados Unidos y es posible que entren en ese país.
Es solitario
y tiene hábitos nocturnos, además de ser sigiloso por naturaleza, gracias a
esto prácticamente se conocen los ejemplares que interactúan con el hombre,
desgraciadamente casi siempre de manera negativa. Si bien el jaguar fue cazado
extensivamente por su piel, las fuertes regulaciones tanto nacionales como internacionales,
acerca del comercio de pieles, han tenido un impacto positivo en la disminución
de la caza furtiva. Sin embargo, la cacería ilegal aún se presenta pretextando
la depredación que causan o pueden causar sobre el ganado.
En México
existen áreas naturales de protección
para este felino, las más importantes son las reservas de la biosfera Calakmul
en Campeche y Sian Ka'an en Quintana Roo. (http://cuentame.inegi.org.mx/sabiasque/jaguar.aspx?tema=S).
Otro felino afectado es el Puma (Felis
concolor) que habita en los bosques del norte del país, de donde es
originario, y ha migrado hasta el sur del continente, la falta de hábitat ha
hecho que las pequeñas poblaciones que aún existen emigren hacia hábitats más
tropicales. Su situación es quizá más desconocida que la del Jaguar.
Es la única
especie de los felinos que no aparece en la norma oficial bajo ninguna
condición de riesgo. Para la Unión Internacional de Conservación de la
Naturaleza, esta especie es considerada como de “última preocupación” (least
concern), lo que quiere decir que no se encuentra en grave situación de
conservación, debido principalmente a su amplio rango de distribución, aunque
es importante hacer un seguimiento de sus poblaciones.
De los pequeños félidos el jaguarundi (Herpailurus
jaguarundi) es la especie que se encuentra en mayor peligro de extinción.
Es reconocida como amenazada, a pesar de que como especie tiene una distribución que abarca el sur de estados Unidos (Texas, Arizona y Florida) y llega hasta el sur del continente. Por ser de tamaño pequeño su alimentación se restringe a vertebrados chicos, y debido a sus hábitos de vida al interior de las selvas húmedas, es poca su interacción con el ser humano.
Los
dos pequeños gatos manchados: el magray (Leopardos weddii) y el ocelote
(Leopardus pardalis), están en la característica de en peligro. Estos
animales, que no rebasan los 10 kg de peso, viven en las zonas selváticas,
desde el sur del país hasta Sudamérica. Como el jaguar son perseguidos por sus
pieles, también son solitarios y tienen hábitos nocturnos.
El lince o gato montés (Lynx rufus)
no aparece en la lista de la Norma oficial Mexicana.
Su presencia en México suele ser confundida con los gatos ferales, gatos domésticos que por su tamaño y coloración abandonan el entorno humano para convertirse en silvestres. De ahí que existan pocos reportes sobre la especie, a pesar de no encontrarse “oficialmente” en peligro. Debido a la disminución de su hábitat natural y la presencia misma de gatos domésticos con los que esta especie puede entrecruzarse, en algún momento puede desaparecer.
Otro grupo importante de grandes carnívoros a considerar es
el de los osos.
En México, alguna vez
habitaron las dos especies de grandes Úrsidos Americanos: el Grisli (Ursus
arctos) y el Oso Negro (Ursus americanus). El primero aparece en la
NOM-059 con el estatus de extirpado del medio natural. En México no se conoce
la presencia de esta especie desde los años sesenta del siglo XX
(animalesextinción.es). La subespecie que habitaba en nuestro país era el Ursos
arctos nelsoni, cuyas descripciones indican que era enorme, pues alcanzaba
hasta 1.90 m de alto, parado en dos patas, y más de 300 kg de peso. La
principal razón de su desaparición fue la cacería indiscriminada, aunada a su
bajo potencial reproductivo y por ser un carnívoro cazador se le atribuyó la
destrucción de ganado en el norte de México.
La especie que se mantiene en México es el
Oso Negro.
En
la norma oficial mexicana esta especie figura como “en peligro y en la modificación que se hizo en el 2008, se reconoce
a la población que habita en la Sierra del Burro, en Coahuila, como de
protección especial siendo considerada dentro de los programas del convenio
Canadá-Estados Unidos-México para su protección.
Revisemos ahora la familia de los cánidos,
que es la tercera de los grandes depredadores. Hay dos de esta familia: el
coyote (Canis latrans) y la zorra gris (Urocyon cineroargentatus)
mismos que no están considerados en peligro por la NOM-059-2001. Dos especies que
si lo están son la zorra del desierto (Vulpes velox), de la cual se
reportan 6 subespecies, todas bajo el criterio de amenazadas. Su distribución
reducida, tamaño pequeño y hábitat específico, hacen que esta especie esté en
peligro de extinción.
El lobo mexicano es el último de los
grandes carnívoros que está considerado por la NOM- 059 como extirpado del
medio natural. Los últimos ejemplares de que se tenga evidencia científica,
fueron capturados a finales de la década de los setenta en Durango y Chihuahua.
Desde entonces los escasos reportes de aullidos o avistamientos no han podido
ser comprobados.
Esta especie, quizá la más carismática de
todos los mamíferos, tiene una subespecie prácticamente exclusiva de México: el
lobo mexicano (Canis lupus baileyi), que se encuentra en estado de
conservación.
Según la SEMARNAT
(2009) se tiene como una de las especies prioritarias para la conservación.
Tiene un plan piloto para reintroducir un número limitado de ejemplares en el
noroeste del país, en las zonas altas de la Sierra Madre Occidental, que
permita recrear uno de los ecosistemas de esta zona del país.
Como ninguna otra de las especies
mencionadas, el lobo mexicano tiene una historia de recuperación que demuestra
que el trabajo decidido y en conjunto da resultados importantes. A partir de
sólo cinco lobos capturados, más unos cuantos más que se encontraban en un
rancho texano y algunos albergados en el zoológico de San Juan de Aragón, se
cuenta ahora con más de 300 en zoológicos de México y Estados Unidos.
Los esfuerzos por su recuperación se
vuelven todavía más importantes ante el cambio de actitud para reconocer que su
desaparición, como la de cualquier otra especie, es una pérdida irremediable,
mientras que los programas para recuperar ésta se hacen necesarios.
El ejemplo del lobo mexicano puede ser
seguido para otras especies como el oso y el jaguar, que si bien sus
poblaciones no se han reducido tanto como las del lobo, sí han visto mermadas
las áreas en las que antes era común observarlos.
CONCLUSIÓN
No importando los tipos
o especies, el problema de la destrucción y extinción es global. Por ello, se
deben emplear estrategias que se dediquen a la planeación de la población y su
estilo de vida, las consecuencias de lo que se ha perdido y de lo que todavía podemos
perder. No se trata sólo de cuidar la reproducción en cautiverio sino de la
conservación de los ambientes para que los animales se puedan reproducir y
vivir la vida en equilibrio.
La elección de este tema
la baso principalmente en mi amor por los animales y la preocupación que me
genera el tema, tratando de aportar un pequeño granito de arena para que se
haga consciencia y en medida de nuestras posibilidades, cada quien hagamos lo
que esté en nuestras manos para apoyar la causa y evitar dañar a los animales,
pues somos nosotros, los humanos, los principales causantes de este problema no
sólo en México sino en el mundo entero.
Partí por leer todo el
texto, entendiéndolo, analizándolo, criticándolo, luego investigué y me informé
más sobre el tema para poder desarrollar mi texto académico mediante la
información obtenida y compilada.
domingo, 3 de abril de 2016
viernes, 18 de marzo de 2016
¿Qué es ser un estudiante en línea?
Actualmente la tecnología ha
crecido a pasos agigantados y se ha hecho imprescindible en muchos de los aspectos
de la vida cotidiana, uno de ellos es el estudio.
El estudiante en línea, deberá tener
iniciativa e independencia para poder llevar a cabo sus estudios a través de un
ambiente virtual de aprendizaje y hacerse responsable e involucrarse en el
proceso.
Mediante recursos tecnológicos el
docente puede evaluar la participación del estudiante que, a diferencia del
aprendizaje presencial, permite identificar como interactúa un estudiante.
Es importante mencionar que dicho
método es en extremo flexible puesto que no impone horarios ni hay que
desplazarse a un colegio pero si debes contar con una excelente conexión a
internet y contemplar que hay que acatar tiempos de entrega por lo
que debe administrarse adecuadmente para cumplir con sus actividades.
A diferencia del método presencial, el
estudiante en línea interactúa mediante contenidos multimedia y otros recursos,
teniendo contacto con un docente y con sus compañeros pero no necesariamente de
manera simultánea.
Sin duda el internet es la mejor
herramienta para este tipo de estudiantes y además el docente podrá sugerirle
material extra al del programa sólo será importante siempre asegurarse de que
la fuente de la información sea fidedigna.
Otro tema de importancia es saber
manejar las emociones y el poder influir de manera positiva en los compañeros,
saberlos tratar y ser capaces de trabajar en equipo.
En la medida que el estudiante en línea
desarrolle y potencíe las habilidades tanto académicas como interpersonales
podrá superar retos propios a su vida académica.
Será de suma importancia adoptar una
actitud crítica y creativa así como participar activamente, tener disposición a
la investigación, a descubrir y explorar, adaptarse y optimizar el uso de la
sintáxis, gramática y semántica.
En conclusión el estudiante en línea
debe tener disposición y estar consciente de que tiene ciertas ventajas que
debe aprovechar para sacar el mayor provecho y marcar su propio ritmo de
aprendizaje.
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